El paradigma de la movilidad ha cambiado en nuestro país debido a un cúmulo de circunstancias, entre las que destacan las siguientes:
- Las crisis vividas en la última década han reducido el poder adquisitivo de la ciudadanía, lo que ha afectado notablemente a las ventas de coches nuevos.
- El miedo al contagio ha afectado notablemente al uso del transporte colectivo.
- Hay un nuevo urbanismo basado en conceptos como las supermanzanas que dan mucho más protagonismo al peatón.
- Nueva conciencia de la sostenibilidad que aboga por nuevos modelos de movilidad menos contaminantes.
Todo ello ha propiciado un gran auge de los Vehículos de Movilidad Personal, pero también se han creado nuevos riesgos: falta de una regulación clara, ausencia de formación de los usuarios e incremento del número de usuarios vulnerables.